Ser madre no te cambia la vida, te la da vuelta. Cambias tú, tus prioridades y entras en ese precioso desorden que es la crianza. En los cajones de las madres siempre hay: sentimientos, emociones, aventuras y desaventuras...Estas son las experiencias y aprendizajes de mi vida como madre y de las madres que me rodean.
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martes, 22 de enero de 2013
LA LACTANCIA
Con la iglesia hemos topado. ¿Teta o biberón? He llegado a la conclusión que: depende de cada uno. Que sí, que lo mejor es la teta. Pero hay padres que no tienen tiempo, ni ganas ni fuerzas y optan por el biberón.
La verdad, la lactancia con un bebé de alta demanda, que pide teta cada 10 minutos, que come, mimotea y chupetea todo el día 24 hs, 365 días al año…que quieres que te diga, es bastante agotador.
Yo di año y medio de teta. Y ojo, le hubiera dado más tiempo pero no dormía. Tras año y medio sin dormir y ver que tu hijo se come un bistec y luego te pide teta para dormirse…te das cuenta de que empieza a ser el momento de destetar, al menos por la noche.
Mi bebé fue de los llamado de “alta demanda” (y tan alta). Teta-adicto. Me daba terror que ese bebé de año y medio, que ya caminaba, comía y sabía lo que quería le quitara su objeto más preciado, la teta. Yo quería respetar sus ritmos y siempre lo había hecho hasta el momento pero era lo único que pedía y anhelaba, dormir boca arriba o boca abajo, no de lado.
Una noche, algo en mi hizo click y lo decidí: “voy a destetarlo”. Agosto, 22:00hs, fin de semana con amigos y otros niños. Y yo? dónde? En la cama. Porqué? Porque mi bebé no se duerme sin su teta, si se la quito cuando está dormido se despierta y si se despierta y no le doy teta llora desconsoladamente, se desvela y ya no sirve nada. Como comprenderéis ese día fue el último de teta por mi bien físico y emocional.
3 días, como dejar de fumar, 3 días es lo que me costó. Bueno, miento, en realidad es una semana o algo más pero el monazo de teta son 3 días. Eso sí, menudos 3 días. Si lo hubiera destetado por capricho, a la segunda noche ya hubiera dado teta otra vez. Todo lo que había acostumbrado a mi cuerpo a no levantarse de noche gracias al colecho lo levanté durante esos días. Cada vez que despertaba tenía que cogerlo, levantarme, mecerlo, volverlo a poner en la cama, se volvía a despertar, lo volvía a coger, lo mecía, lo dormía, lo volvía meter en la cama…Así 3 noches.
A los 3 días, cada vez que se despertaba intentaba volverlo a dormir con palabras suaves, golpecitos y caricias y así lo acostumbré a dormirlo sin teta ni mecer, en su cuna en sidecar.
Los que dan biberón no sufren este desgaste físico y emocional pero bueno, también tienen sus desventajas: no quieren dejar la toma del biberón a las 5 de la mañana, con lo que conlleva, tardan más en dejar el chupete, si se quedan dormidos con el bibe son más propensos a caries, se meten cualquier cosa en la boca, las leches artificales pueden crear algún problema al bebé cosa que la leche materna no…Aunque yo hubiera pagado por decir: “va, ahora te toca a ti” a las 4 de la mañana. Esa es la ventaja, ;)
Para cualquier madre desesperada que da teta, a parte de Internet, les recomiendo los grupos de lactancia. Por norma general están llenos de madres en tu misma situación, casi a punto de enloquecer, divorciarse, abandonar el pecho… y otras con experiencia que te pueden calmar y guiar.
Lo que está claro es que dar el pecho sólo tiene beneficios, tanto para la madre como para el bebé pero si es cierto que tiene algo “malo”. En muchas ocasiones, te conviertes en lo que se llama una “talibana de la teta”. Supongo que es algo normal, todo el mundo hace las cosas porque cree que están bien y las defiende a muerte pero no me ha gustado encontrar gente extremadamente pro lactancia.
Hay madres que se pasan tres pueblos, que como las "estivilleras" es respetable pero no lo comparto, ya que en cierta manera no ven bien a las madres que dan biberón. Oyes cosas como: “cómo le das biberón, pudiéndole dar pecho!”, “el pecho es lo mejor" (he de reconocer que yo he pensado esas frases en algún momento de la lactancia, gajes de la teta...). Sí, es lo mejor pero cada madre/padre vive su situación y su vida. Me parece tan mal que a unos padres les pueda parecer fatal que una madre le dé pecho a su hijo de 3, 5 u 8 años o llamen "vacas lecheras" a una madre que da pecho a su bebé como que una madre critique a otra por optar por el biberón para alimentar a su hijo. Hay que respetarse. Cada cual tiene su cultura, su forma de hacer, sus límites, sus situaciones, sus miedos, sus presiones…y por eso se actúa de diferente manera.
Para mí todo es bueno siempre y cuando la madre quiera lo mejor para su hijo, lo ame y le de todas las atenciones emocionales que necesita, entre ellas dar de mamar. Como dice Carlos González, es un regalo para toda la vida! Así que, en la medida de lo posible, dale el pechoa tu hij@.
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viernes, 21 de diciembre de 2012
CAPÍTULO 1: Estoy embarazada (Parte 4. FINAL)
La pusieron encima de mí. Una vez conmigo dejo de llorar, me miraba fijamente con sus grandes ojos negros, abiertos, mirando y observando todo. Lo más bonito que había visto nunca. Al poco, la cogieron, la pesaron, la limpiaron, la reconocieron y salió en brazos de su padre a conocer a toda la familia. Ah! Y le dejaron un ombligo precioso, otra mis manías.
Cuando subí a planta me esperaban tres días intensos para aprender antes de dejarnos a los tres a solas. Cuando la trajeron a la habitación la volví a ver. Ya no era igual que en quirófano. Supongo que la emoción del momento no te deja ver que muchos niños que no nacen por cesárea, salen infladitos, con un color más morado que rosado, con la nariz chata (supongo que del apretón) y, al menos en mi caso, llena de vello. Igualmente yo la veía preciosa. De dos padres guapos tenía que salir una diosa. Démosle tiempo, bromeábamos.
Cuando vino la enfermera me dijo, “veo que has decidido darle pecho”. Y enseguida la puso a mamar. La niña se enganchó a la primera y yo no sabría hasta más adelante cómo llegaría a ser su amor por la teta.
Los tres primeros días de dar el pecho. Al parecer no sale leche, sino que toman el calostro. Se ve que este alimento es muy bueno para los niños pero como todo en esta vida tiene un pero: alimenta pero no llena. La niña lloraba y lloraba sin parar y no entendía por qué hasta que me lo explicaron. Exclamé: “me estás diciendo que me hija tiene hambre?”. Dame un biberón ahora mismo. Las enfermeras se negaban y volvían los mitos: “si le das pecho no le puedes dar ni biberón ni chupete porque no querrán el pecho”, “ponte la pezonera”, “duerme con sujetador que si no se te caerán las tetas”. A mí me daba igual todo eso, yo quería un biberón para calmar el hambre de mi hija y luego seguiría con el pecho porque es lo mejor para ella. Al final le di mucha pena a una enfermera y me pasó a escondidas un mini biberón. Dormimos todos plácidamente.
El momento hospital también es horrible. Yo sólo quería estar con mi hija y aquello se llenaba y la gente se pasaba a echar la tarde en el hospital. De ahí aprendí algo, evitar ir a ver a los recién nacidos al hospital y esperar a que estén en casa y la madre en condiciones de recibir a alguien, y al menos para mí fue al cabo de un mes como mínimo. No soportaba que entrara tanta gente y encima salió la tigresa que hay en mí no quería que nadie tocara a mi niña. Me pasé tres días en la cama con la niña enganchada en la teta ajena a todo tipo de conversación de la habitación.
Al tercer día, y con mis cuatro puntos, nos fuimos para casa. Al parecer, una vez das a luz, las hormonas vuelven a dispararse. A mí me dio por estar angustiada. No dormía nada porque las noches las pasaba en vela y durante el día intentaba dormir cuando lo hacía la niña pero no lo lograba. A parte de nacer con el sueño girado, dormía de día y estaba despierta de noche, era imposible dejarla en la cuna así que pasé los 2 primeros meses durmiendo con la niña encima de mi pecho. Íbamos haciendo mini siestas y llegué a dormir sentada en la cama. Ahí conocí lo que es el colecho.
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