viernes, 30 de noviembre de 2012

JUGUETES PARA NIÑOS DE 0 A 3 AÑOS



Los del AMPA de la guardería somos unos emprendedores. Tanto, que hemos decidido hacer charlas para los padres de los alumnos, durante todo el curso escolar. La verdad es que los padres no se implican mucho en estas cosas y cuando el AMPA decide hacer algo no es que haya una respuesta equivalente al esfuerzo que hacemos entre los 4 que la formamos pero bueno, ese es otro tema...

La primera charla que organizamos, ya que se acercan las Navidades, ha sido sobre los juguetes idóneos para los niños de 0 a 3 años. Y os haré un pequeño resumen.

Lo primero que nos aconsejó la pedagoga, Aina Flores Hidalgo, es que los juguetes tenían que estimular algún tipo de aprendizaje al niño. Lo segundo, mirar muy bien las cajas de los productos que queramos adquirir ya que las tiendas nos exponen los juguetes pero no las cajas y ahí hay información básica para nosotros como padres.

Uno de estos detalles a tener en cuenta es que el juguete haya pasado el Control Europeo (CE). Otro, es que no ponga que sea un juguete no apto para niños de menos de 3 años, ya que no sólo se trata de que el juguete pueda hacerlo servir o no el niño sino por si hubiera piezas pequeñas o tintes tóxicos para niñ@s tan pequeñ@s.

Una de las cosas que me impactó fue su comentario sobre la higiene de los juguetes. Nos dijo que lo ideal era que los juguetes se pudieran lavar muy bien y seguido (si supiera como tengo su oso preferido...) ya que es un foco de infección muy grande si el juguete es compartido con otros niños.

Uno de los temas que tratamos fue el de si tenía que llevar pilas o no. Tenemos que tener en cuenta que si el juguete tiene pilas, lo tendremos que mantener hasta que ya no se use porque ese muñeco, granja o coche, tiene que seguir haciendo sus ruidos. No vale comprar un juguete que funcione con pilas y luego no reponerlas cuando se gastan porque el juguete tiene que hacer ESE ruido.

Si no quieres ruidos o reponer pilas, opta por comprar un juguete que no las lleve. Sobre el valor de aprendizaje respecto al juguete-pila, nos dijo que teníamos que tener cuidado ya que hay muchos juguetes con pilas que tienen unas directrices tan marcadas que no dejan jugar libremente al niño y lo transforma en un robot ante una máquina, es decir, se convierte en un juego pasivo.

Al lío, los juguetes por edades.

De 0 a 1 año:

Estos juguetes tienen que trabajar la capacidad oculomanual, es decir, que puedan descubrir que son ellos los que hacen el movimiento y crean una acción, como puede ser hacer sonar una maraca, un sonajero...

La precisión y el movimiento, como podría ser el movimiento de pinza con los dedos de las manos.

La capacidad lógica-matemática, como podrían ser las construcciones blandas con las que pueden apilar y relacionar cómo funcionan.

 La educación emocional, se trataría de esos juguetes tipo osito o doudou con los que se sienten seguros y pasan a ser un objeto transicional.

Desarrollo motor, es decir, juguetes que estimulen a que gateen, se pongan de pie, caminen…

Desarrollo cognitivo: son los juguetes que les enseñan colores, formas, instrumentos musicales (ya que a esta edad diferencian agudos de graves)…

Y lo más importante a esta edad, juguetes que desarrollen los 5 sentidos con los cuales puedan tocar, oler…

De 1 a 2 años:

A partir del año ya podemos integrar los juguetes para que aprendan las primeras palabras como son los cuentos. Deben ser cuentos muy sencillos con su imagen y su palabra, no más. 

El desarrollo lógico-matemático, pero a un nivel más como pueden ser los bloques, los juegos de encajar…

Desarrollo sensorial, ya que tienen que seguir trabajando los sentidos como el gusto, el olfato, el tacto…

Su rincón privado, todos los niños escogen un rincón privado, ya sea bajo una mesa o silla, tras un sofá…Es su lugar donde está tranquilo y lo hace su espacio particular. Estos lugares tienen que ser respetados e incluso les podemos crear rincones privados temáticos e ir variando de tema. Los juguetes a esta edad deben dar rienda suelta a la creatividad, que jueguen a lo que quieran, a lo que les guste, para poder ejercitar la imaginación.

Desarrollo cognitivo con construcciones y series.

La educación emocional sigue siendo importante y ahora podemos explicar que es estar contento, triste, enfadado..

Pero lo más importante a esta edad es que los juguetes estimulen su desarrollo psicomotor.

De 2 a 3 años:

Los juguetes para estos niños deben desarrollar la creatividad gracias al juego simbólico, es decir, imitar lo que hace papá, mamá, la abuela, el tío…y por eso les gustan tanto las cocinitas, los juegos de material de bricolaje, de peluquería, de médico…

También tienen que desarrollar el lenguaje para que empiecen a crear frases y esto se consigue con los cuentos, en este caso más completos que no sólo imagen y palabra.

El desarrollo lógico-matemático a un nivel más elevado; con formas, espacios, series de colores…

Resaltar su rincón privado y sobre todo y más importante: juguetes que estimulen su desarrollo cognitivo.

Lo que sacamos en claro los padres es que no importa la cantidad de juguetes que tenga el niño o niña sino el tiempo que pasamos con nuestros pequeños jugando. Que no es necesario que los Reyes traigan 15 regalos porque, al final, sólo se va a centrar en uno y que con cosas que hay por casa se puede jugar mucho y bien, que sólo es ponerle un poco de ganas, creatividad e imaginación.

Blog Aina Flores Hidalgo

martes, 27 de noviembre de 2012

CAPÍTULO 1: Estoy Embarazada (Parte 1)

Hoy os presento una novela muy amateur que empecé a escribir hace ya tiempo. No todo es cierto, ni todo es mentira. No todo es mío ni todo de amigos. Es realidad y ficción en uno. Una manera divertida de ver un proceso que no sabes ciertamente cuando empieza pero que nunca acaba. Espero que os guste. No dudéis en explicarme vuestras experiencias!

Capítulo 1: Estoy embarazada (PARTE 1)


Mucho se habla de quedarse en estado. Lo que siempre oyes es: “si no te quedas embarazada a la primera es que tardarás mucho tiempo”. “Si tomas la pastilla te quedarás embarazada al momento”. “Cuanto más te obsesiones por tener un hijo más te costará”…En definitiva, sí, al principio estás muy pendiente de quedarte embarazada pronto pero, si no lo consigues a la primera, te olvidas. Y, ojo, creo que en parte es cierto que la obsesión no deja porque en el momento en que ya creía que tardaría al menos un año de ensayo, ZAS!, me quedé.

Fue un 15 de septiembre de 2009. Mi pareja regresaba de París, por unos asuntos laborales y si, como si se hubiera traído a la cigüeña a casa, me quedé embarazada. A la primera falta fui a por un test de embarazo. La verdad que yo era muy regular en mis menstruaciones así que había muchas posibilidades de que estuviera embarazada pero en ese momento, como que no lo crees. Compramos un test último modelo, de esos que te ponen caritas sonrientes y tiempo de estado. Casi me da algo al ver que ese palo blanco sonreía y ponía “+ de 3 semanas”.

Sinceramente, yo me asusté mucho. Una cosa es buscarlo, fantasear, practicar…y otra ver que estás embarazada y de “¿más de 3 semanas?”. No podía ser. “¿Pero cuándo?, ¿cómo?”. Cuándo, cómo. Pues hija, como todo el mundo y de igual manera. Insto facto, le hice bajar a por otro, pero esta vez de los tradicionales, de los que salen rayitas. Nada de nuevos sistemas que, como en la tecnología, falla más que el wii fii. “Compra el de las rayas”. Mientras se fue, me quedé mirando la carita sonriente. Dios mio, no había marcha atrás. Estaba aterrada. Siempre supe que quería ser madre y tenía muy claro que iba a ser una madraza. Pero el instinto maternal que empezó sobre los 20 se me fue sobre los 28. Tenía 34 años y me había quedado embarazada, ¿Y ahora que voy a hacer?”. Regresó de la farmacia con un test de embarazo tradicional. Sí, se confirmaba.

Lo más "in" hoy en día era enviar el resultado del test de embarazo, a modo de foto, a familiares y amigos por whatsapp pero pensamos que era mejor decirlo presencialmente. Esa misma tarde llamaba a mis padres para decirles que los iba a ir a ver en el fin de semana. Al llegar nos saludamos como un día normal y cuando no sentamos a comer…: “mamá, papá, vais a ser abuelos”. La alegría inundó la casa. Mi madre, que nunca me había ni insinuado que quería ser abuela me dijo: “por fin hija! Ahora me voy a dejar las canas”. Las canas? Al parecer ella tenía claro que si era abuela antes de los 60 se dejaba las canas. Mi padre, sacó una botella de cava. Con mis suegros pasó igual. Mientras comían les soltamos la noticia y casi se atragantan con el postre. Todos estábamos contentos, incluso a mí se me había pasado el miedo. Ya estaba mi bebé de camino y todo el mundo estaba ilusionado.

Sabía que mi embarazo iba a ser especial. Era el primer nieto por parte de las dos familias así que todas las atenciones y gustos iban dirigidas a mí. Mi suegra, que cocina de maravilla, me hacía exquisitos platos y ya nos se cocinaba para la familia sino para el bebé. Toda la vida haciendo dieta y me estaba poniendo fina de tanto comer.

CONTINUARÁ...

viernes, 23 de noviembre de 2012

UN FELIZ ACONTECIMIENTO


Cuando una pareja decide tener un hijo no piensa en lo que viene. Están enamorados, llevan un tiempo considerable juntos, tienen un trabajo más o menos estable, ella ya es mayor….En definitiva, o has cuidado a muchos bebés o te crees que los recién nacidos comen, duermen y hacen popó.

Para todas esas parejas que están pensando en tener un hijo o las que ya lo hayan tenido y crean que son los únicos en el mundo que tienen un pequeño caos en casa, os recomiendo ver esta película: “Un feliz acontecimiento”.

El film está catalogado como drama pero, ahora ya con cierta distancia, para mí fue una comedia. Me veía en la mayoría de situaciones y superaba otras muchas. Realmente un bebé, cambia 180 grados tu vida. Pasas de ser una persona a ser una esclava de demandas. Que las haces con gusto, pero es un trabajo durísimo.

En el mayor de los casos, antes de tener un bebé eres independiente, tienes un trabajo que amas, tu pareja te quiere, sales, te arreglas, haces dieta para bajar 200 gramos subidos con una pizza del fin de semana y de golpe…Eres casi del tamaño de un gorila, tus pechos sacan leche, vas siempre despeinada, vomitada, no descansas, el bebé llora, lo tienes en brazos 4 horas, no duermes…

Qué puedes esperar de una persona que pasa de ser independiente y con el 100% disponible para sus cosas a una que va al tuntún de las necesidades de otro, que encima es un bebé, que no lo entiendes, no te entiende y que ahí no duerme nadie. Pues que cambias, se te pone un carácter de ogro, necesitas ayuda para hacer la comida, para ducharte (en el mejor de los casos te duchas 1 vez por semana!)…Trastoca toda tu vida y la de los que te rodean.

Lo peor de todo es que ELLOS no suelen entender del todo lo que sucede. Pasan de tener a la mujer de su vida a la peor de las suegras. Si tienes suerte, optan por dormir en el sofá, hacerte de grúa con los pañales y toallitas y tener a su verdadera suegra mañana tarde y noche (que es la que al fin y al cabo te entiende, te quiere y ayuda sin poner ni un solo gesto de agobio). Es muy duro!

En “Un feliz acontecimiento” podemos ver muchas de esas realidades. Ver todo aquello que nadie cuenta. No os fiéis del: “Disfrútalo mucho”. No, no nos engañemos, al principio no se disfruta nada. Tu casa se convierte en un manicomio y las rutinas, o no rutinas, se cambian de golpe y sin opción a opinar o negociar.

Yo siempre digo que las personas que tienen un hijo sin pareja o tienen 2, 3, 4 criaturas son muy valientes, para mi héroes. O eso, o están forrados y tienen una persona que les limpia, otra que les cocina, otra que le lleva el bebé a la cama cuando quiere teta…

Yo siempre he dicho que los primeros meses de un bebé es el rodaje de lo que viene. Así luego, lo que venga siempre sabe a poco. Pero lo mejor de todo es que cuanto más te sacrificas, más das, cuanto más intentas hacer lo mejor, siempre recibes el doble.
Yo pensaba que enloquecía de no dormir por las noches pero pasaría por eso millones de veces para ver cómo es ahora lo mejor de mi vida, como es nuestra relación, el vínculo que hemos creado, lo que nos necesitamos…en definitiva, realmente es un feliz acontecimiento, el mejor acontecimiento que puede soñar nadie.

Para ver le trailer de la pelicula pincha aquí.

lunes, 19 de noviembre de 2012

CHARLA DE CARLOS GONZÁLEZ.




Hace unos días fui a una charla de Carlos González. Sí, ese pediatra maravilloso, respetuoso de los ritmos del niño, comprensivo con las madres sacrificadas al 200% y amante de los chiquitines llamados de alta demanda. No sé hasta qué punto ese señor con barba, menudo, de parla suave y aspecto tranquilo tendrá razón o no, pero la verdad que sales de la sala más tranquila contigo misma y con unas ganas locas de besar y achuchar a tu hijo. Ya sólo por eso vale la pena ir a verlo.

Por esa razón mi primer post de “El cajón de mamá” será sobre una larguísima charla que Carlitos, como le llamo yo, nos dio sobre las necesidades afectivas de los niños.

Carlos González empezó explicando que la conducta de los animales es instintiva y, dando el ejemplo de los primates, el animal que más se asemeja al ser humano, nos enseñó cómo aprenden estos casi hermanos a los que en general les llamamos monos.

Los bebés primates, aprenden encima de su madre y hasta que no se valen por sí mismos, es decir, se mueven de manera autónoma, lo hacen a cuestas de su madre. Portean. Carlos González explicó que el CAMINAR no se aprende sino que es una cuestión de madurez. Es un acto que lo hacen todos los humanos de manera instintiva, tras un proceso madurativo y que suele verse el resultado a cierta edad, dependiendo de cada criatura. Es decir, que por mucho que estimules a un niño a caminar, hablar, hacer pipi en el wc…no lo hará por mucho que insistas. Lo mismo al revés, por mucho que te empeñes en que un niño no camine, no hable y no sepa controlar esfínteres lo hará de manera instintiva tarde o temprano. Caminar, hablar, comer, controlar esfínteres y yo añadiría DORMIR, es algo que es instintivo, no se aprende, y el niño o niña lo hará cuando realmente esté preparado para ello ya que aprender es algo que se enseña, que necesita de un esfuerzo para aprender y se puede aprender o no. Por ejemplo: el inglés, las mates, tocar el piano, conducir…

El portear, crea ya un vínculo afectivo. Carlos González decía que queremos que nuestros hijos e hijas, ya de bebés, sean independientes. Pero, ¿cuándo somos independientes?. ¿Con 1 año, con 25, con 80, nunca?. Los bebés, criaturas al menos hasta los 2 años, no son independientes. Pero incluso los niños, por ejemplo, 5, 9 o 12 años, tampoco lo son. Un niño es dependiente de sus padres, en más o menos medida respecto a su edad, porque sin un adulto que lo cuide muere. Para el padre/madre/ tutor/abuelo/adulto, ¿qué es ser independiente? Que haga lo que YO quiero, como YO quiero y cuando YO quiero, que haga los deberes solo y que no moleste mientras miro un programa que me interesa en la TV. Seamos sinceros, eso no es ser independiente. El ser humano, todos nosotros, es un animal social y como tal NUNCA es independiente y siempre vive en grupo, sino muere (o bien entramos en una depresión de caballo).

Los niños con 10 días son capaces de dar órdenes, ¿cómo pueden hacer eso? Pues bien, Carlos González nos dijo que lo hacen de manera instintiva porque no saben hacer las cosas por ellos mismos. Necesitan que alguien que pueda, un adulto, cubra sus necesidades y eso lo hacen con la alarma del lloro. Comentario de adulto: “tiene 2 semanas y ya te está manipulando. Déjalo llorar”. No nos engañemos, los niños consiguen más cosas y nos manipulan mejor con mimos, risas y besos. ¿Para qué llorar si van a conseguir más cosas sin hacerlo? La respuesta es que, si los niños lloran es por algún motivo: hambre, frío, pañal, enfado, sufrimiento, dolor, tristeza…Lloran porque lo están pasando mal, no por gusto. Cuando tu hijo pide y das es independiente y si tu hijo pide y no das, es dependiente ya que depende de su tú quieres darle o no.

El pediatra explicaba que no se trata de hacer lo que quiere en todo momento sino que hay que prestarle atención si es razonable lo que pide y el momento. Es decir, no se trata de comprarle todos los juguetes del centro comercial de turno que pida o responder siempre que haga “ah” sino de atenderle cuando lo pide siempre y cuando no interrumpa algo realmente importante. En ese caso no le va a quedar otra que esperar.

Carlos González nos expuso un estudio que hicieron expertos con un grupo de niños. Estos estudiosos se dieron cuenta de que los niños menores de 3 años, cuanto mejor era su relación con sus progenitores, lo pasaban peor cuando se separaban de ellos (vínculo afectivo fuerte y miedo a la separación). Al mismo tiempo comprobaron que los niños de 5-7 años, cuanta mejor relación tenían con sus padres, mejor se portaban y hacían las cosas (como han tenido un vínculo afectivo fuerte no son inseguros, saben que sus padres estarán ahí si lo necesitan).

Como he expuesto anteriormente, nuestros hijos lloran porque quieren estar con nosotros, no hay más truco. Si los padres le dan abrigo, alimento, higiene…¿porqué llora?, ¿por interés?. No, porque te ama y quiere estar contigo y, poco a poco, van aprendiendo a “despegarse” dependiendo de muchas cosas. Todos los bebés que nacen en el mundo son iguales. Con el tiempo conocen su medio, aprenden y se adaptan. Necesitan tiempo y cada niño tiene SU tiempo.

El apego, o vínculo afectivo, es una necesidad básica y primaria para los pequeños. Es una base importantísima a la que no todos los padres/madres dan la atención necesaria. Este vínculo suelen hacerlo con una sola persona y normalmente es con la persona que más cuidados y tiempo pasa con la criatura. Este vínculo/apego dura toda la vida y no sólo eso, lo más importante es que de este vínculo dependerán los que el niño haga en el futuro. A mejor vínculo afectivo de pequeño mejores vínculos creará en su futuro.

Carlos González también nos habló de los celos. Dijo que éstos son causados por el amor que sienten hacia nosotros, sus padres. El 99% de los niños, se mete entre sus padres de manera instintiva por celos. Quieren que seamos de ellos y que estemos siempre por ellos. Exponía que los celos de los hijos son justificados porque no sólo no quieren que se rompa la relación afectiva sino que sin esta relación mueren, dependen de ella y por eso LLAMAN LA ATENCIÓN.

Los niños que llaman la atención es por celos (hermanito, padres, otro niño, amigo del padre, llamada telefónica…). Una madre debe vigilar siempre a su hijo y cuando no lo hace, por algún motivo u otro, ellos te lo recuerdan y LLAMAN LA ATENCIÓN. Es más, si un niño llama la atención de sus padres diciendo: “mamá, mira!” no llegaran a hacer cosas como llorar, pegarse cabezazos contra la pared, pegar a su amiguito o pintar la pared estilo Dalí. No les hace falta llegar a esa actitud porque antes ya ha tenido la respuesta de sus padres.

Siempre hay que ser razonable y ejercer con sentido común.